Las artes gráficas y su romanticismo: El petit museu
Hace tiempo descubrí un pequeño rincón que yace entre aromas
de tintas, sobre un hogar de papeles y maquinarias que trabajan a un ritmo
acompasado, un rincón visible a unos pocos y sin embargo lleno de un
embriagador romanticismo.
Todo aquel que lo visita queda impregnado de la magia del
pasado.
Un lugar lleno de pasión, pasión por la creación de libros, de
postales, de invitaciones, de tarjetas, de miles o de millones de productos
gráficos, pasión que se vislumbra en su creador por contar la historia de cada objeto y con la
ilusión que permanezca en el tiempo.
Un lugar que no deja indiferente y que sin quererlo te
conquista con su esencia y con la
identidad de cada pieza, descubriéndote más allá de simples palabras lo que era
la tipografía y los tipos; la innovadora linotipia de sus tiempos; para que
servían una troqueladora, una cosedora, una simple estampadora ó una piedra
litográfica...
Un lugar donde cualquier apasionado por las artes gráficas disfrutaría embriagándose de la visión de antigüedades y de increibles historias que yacen detrás de cada objeto.
Comentarios